El punto de partida parece lógico: el flamenco es una música viva. La moda que le rodea, como muestran eventos como SIMOF, también. Es decir, no descansa en la vitrina de un museo, sino que está en continuo desarrollo en manos de artistas, diseñadores y otros profesionales vinculados a este sector. Como resultado, nos encontramos con un panorama rico en estéticas. En este sentido, lo que está sucediendo en el vestuario parece un reflejo de lo que ocurre en el género jondo: hay una gran variedad de propuestas.
El traje tradicional de flamenca, en algunas ocasiones, se ha visto sustituido por otras prendas. Sin embargo, como aventuramos, continúa tan vivo como antaño. Podemos encontrarlo en los tablaos y en las ferias, en las romerías y otros acontecimientos relacionados con este arte.
Cabe mencionar que alrededor del traje de flamenca los complementos juegan un papel esencial. Entre ellos, destacan los abanicos y mantones, con un protagonismo activo en el baile, también pendientes, broches y, por supuesto, la flor de flamenca. ¿Hay una única manera de colocarla?
la mujer se ha puesto la flor en el centro de la cabeza. Las tendencias, sin embargo, han hecho variar su posición
Tradicionalmente, la mujer se ha puesto la flor en el centro de la cabeza, a la altura, por citar a una de las referencias de este traje, a la que Lola Flores hacía chasquear sus dedos. Sin embargo, con el paso de los años y las tendencias, la flor ha descendido algunos centímetros, en líneas generales, y, además, se la han buscado nuevas ubicaciones.
De este modo, hay quien se coloca la flor bajo una de las orejas, habitual tanto en cabellos sueltos y largos como en pelos recogidos. Cualquier posición, en realidad, puede ser adecuada en función del corte y del tipo de flor. Algo más infrecuente es el uso de una diademas de guirnaldas de flores. Como recomendación general: en uno de los laterales.
El ramillete
El ramillete, uno de los más habituales, es un conjunto de flores: seis, siete, ocho… De uno o varios colores. Hay, sin embargo, quien prefiere la flor suelta, y por eso se decanta por la rosa, el clavel o la peonía, que puede ir acompañada de una peineta para asegurar una mejor sujeción del cabello. Las flores sueltas, al centro o en uno de los laterales, son una de las opciones preferidas para las mujeres con el pelo corto. En el caso de que sea una niña, una horquilla será suficiente para su mayor comodidad, aunque dependerá del tamaño de la flor.
La flor, más allá de la manera que tengamos de colocarla, combinando colores con el resto del complementos y el traje, colocando las más hermosas más cercas de la cara, respetando sus tamaños y sacando el máximo partido, ocupan un lugar central en este arte. Motivo por el cual están bordadas en los mantones, se aparecen en las letras flamencas y presumen, de cabello en cabello, ya sea desde la coronilla, el lateral o el centro.